Punto de fuga
El punto de fuga nos ayuda a dar profundidad a la imagen a través de líneas reales o imaginarias que convergen en un punto infinito. El ejemplo más claro de un punto de fuga lo has visto miles de veces. Es una carretera o unas vías de tren en línea recta, que a medida que se alejan parecen acercarse hasta converger. Ese preciso instante en que las líneas parecen cruzarse, es lo que llamamos punto de fuga.
No obstante, no tienen porqué ser sólo las líneas “reales” de unas líneas existentes en una imagen. Todo proyecta líneas a través de sus ángulos. Algunas veces las “veremos” y otras sólo las intuiremos, pero todo elemento proyecta líneas reales o imaginarias que nos permiten crear volumen en la imagen.

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